El equipo y yo seguimos entusiasmados, después de haber estado con un grupo tan diverso de inspiradoras personas en la conferencia de la ENS y la Fundación Cepaim «Abordar la apatridia en Europa», celebrada en Madrid la semana pasada.

Y a juzgar por la intensidad, la energía contagiosa y las caras sonrientes, tan evidentes, en cada sesión de la conferencia, no somos sólo nosotros los que pensamos así. Esperamos haber cumplido nuestro objetivo de crear un espacio, que permita debates integradores, respetuosos y colaborativos entre los participantes, con el fin de inspirar el cambio.

En total, asistieron más de 200 participantes de 34 países, entre ellos agentes de cambio apátridas, organizaciones comunitarias, ONG, abogados/as, académicos/as, así como numerosos/as representantes gubernamentales, de Naciones Unidas de instituciones regionales.

¿Qué aprendimos de nuestro encuentro en Madrid? Es imposible captar la profundidad o amplitud de los debates en este breve artículo. Pero para mí destacan tres reflexiones clave, obtenidas también de lo que tantas personas me dijeron durante la conferencia.

En primer lugar, una demostración de cómo las personas apátridas no sólo pueden, sino que deben, liderar conjuntamente los esfuerzos por el cambio

La conferencia supuso un verdadero paso adelante en la comprensión de que las personas apátridas no sólo deben ser incluidas en los espacios de incidencia, sino que también pueden y deben liderar conjuntamente los esfuerzos por el cambio. En muchos aspectos, esto debería ser evidente, pero durante la conferencia quedó demostrado a través de las sesiones dirigidas por los y las agentes de cambio apátridas, así como sus poderosas y perspicaces intervenciones ante los y las representantes gubernamentales e institucionales durante los paneles plenarios. En ocasiones, los intercambios fueron intensos, pero abiertos, significativos e impactantes, en lo que parecía un auténtico espacio compartido.

Igualmente importante fue la oportunidad de aprender de los y las agentes de cambio apátridas lo que «se debe y no se debe hacer», a la hora de involucrarlos en los procesos de defensa y toma de decisiones que afectan a sus vidas. Se nos recordó que el compromiso no es algo que debe esperarse, o incluso solicitarse, sin ofrecer el apoyo, la compensación y el respeto adecuados.

Ahora nos corresponde a nosotros difundir este aprendizaje a otras actores claves con las que trabajamos, incluyendo la política de participación de comunidades apátridas en ponencias y eventos. Se diseñó conjuntamente con los y las agentes de cambio apátridas de nuestra red, y establece los principios clave, a la hora de invitar a personas con experiencias vividas de apatridia a participar como ponentes en eventos. Ninguno de nosotros puede presumir de una práctica perfecta sobre cómo enfocamos esto en el pasado y todos estamos aprendiendo juntos a medida que avanzamos. También tenemos que ir más allá y pensar no sólo en cómo centrarnos más eficazmente en las personas apátridas, sino también en cómo ayudarles a prepararse para participar en espacios de incidencia en igualdad de condiciones.

En última instancia, sabemos que cuando las propias personas apátridas ayudan a liderar los iniciativas de cambio, éste es más eficaz. En la conferencia se compartieron varios ejemplos inspiradores, como el de un parlamentario romaní, de Macedonia del Norte, que recientemente tuvo un impacto decisivo en la aprobación de una nueva legislación.

 

En segundo lugar, ver avances visibles en el tratamiento de la apatridia, como una cuestión interseccional

Las personas apátridas son de distintos géneros, edades, orientaciones sexuales, entornos socioeconómicos, capacidades, religiones y etnias. Por lo tanto, las causas y consecuencias de la apatridia sólo pueden abordarse eficazmente si se entiende que las personas apátridas no son «sólo» apátridas, sino que tienen múltiples identidades y experiencias. El hecho de que hasta ahora no se hayan escuchado estas voces ha hecho que no se comprendan bien los vínculos entre la apatridia y el racismo, el patriarcado, el anti-gitanismo, la discriminación contra las personas con discapacidad y otras formas de opresión, lo que ha contribuido a que la apatridia se considere una cuestión de «campo».

Por supuesto, esto en sí mismo no es algo nuevo. Sin embargo, la conferencia demostró el impacto tangible de reunir a expertos (con y sin experiencia vivida), que trabajan en cuestiones transversales para profundizar en la comprensión de la interconexión de su trabajo y las vías hacia las soluciones. Esto quedó especialmente patente en la sesión «Vivir en la intersección: Explorando el nexo entre la apatridia y los derechos LGBTIQ+», así como en las sesiones sobre infancia y minorías.

En tercer lugar, subrayar la importancia de la participación de múltiples partes interesadas para inspirar el cambio

En los preparativos de la conferencia nos esforzamos mucho por fomentar la asistencia, no sólo de la sociedad civil, sino también de legisladores y responsables políticos. Como red de la sociedad civil, preferimos evitar estar en un espacio en el que sólo se habla entre nosotros. Nuestra conferencia de Madrid fue la que más éxito tuvo hasta la fecha en la consecución de este objetivo, con casi una cuarta parte de los participantes con este perfil. En los grupos de debate Junto a activistas de la sociedad civil y apátridas, contamos con representación de alto nivel del gobierno español, ACNUR, el Consejo de Europa, la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE, la Agencia de Asilo de la UE y el Parlamento Europeo. Esto ayudó a crear un espacio en el que estos actores clave, no sólo eran «objetivos de nuestra incidencia», sino que esperábamos que se sintieran incluidas en nuestros esfuerzos de cambio.

No pretendo que todos los sentimientos positivos, expresados desde el podio por estas actores clave, se traduzcan necesariamente en acciones concretas. Sin embargo, el mero hecho de que tantos asistieran es un testimonio de las relaciones que nosotros y nuestros miembros hemos estado construyendo en los últimos años. Y muchas de las declaraciones e intervenciones realizadas durante la conferencia fueron significativas.

Por ejemplo, durante el panel inaugural Gillian Triggs, Alta Comisionada Adjunta del ACNUR para la Protección, afirmó: «Trabajando juntos con las personas apátridas en primera línea, tenemos la oportunidad de garantizar un impacto duradero en las vidas de las personas apátridas, que luchan por acceder a sus derechos fundamentales, en toda Europa». Sentados junto a ella, escuchamos al Presidente del Consejo de Administración de la Agencia de los Derechos Fundamentales, Jim Clarken, respaldar firmemente la importancia de las recomendaciones de la ENS para proteger a las personas apátridas, desplazadas forzosamente de Ucrania. Y la Representante Especial del Consejo de Europa para los Refugiados y la Migración, Leyla Kayacik, subrayó enérgicamente la importancia del acceso a la nacionalidad.

Del mismo modo, durante el panel de clausura, el Presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo, Juan Fernando López Aguilar, afirmó con decisión que «la apatridia es un asunto de la UE». Y la Directora Ejecutiva de la Agencia de Asilo de la UE, Nina Gregori, afirmó inequívocamente el compromiso de la Agencia de hacer frente a la apatridia, incluyendo la planificación de acciones concretas, tales como su integración en todos sus programas de formación y la introducción de un nuevo módulo de formación sobre la identificación de la apatridia, durante del procedimiento de asilo. Esto por sí solo cambiará las reglas del juego.

Igualmente satisfactorio fue escuchar a los representantes de la Agencia de Asilo de la UE preguntar, en los talleres a los agentes de cambio apátridas cómo puede la Agencia implicarles y consultarles en su trabajo de la mejor manera o de manera adecuada. Esta apertura supuso un verdadero cambio. Ahora nos corresponde a todos seguir esforzándonos por reforzar y profundizar esta comprensión y conectividad entre las personas apátridas y quienes toman las decisiones que afectan a sus vidas. Nadie considera que esto será fácil, pero contar con espacios de debate como la conferencia lo hace parecer posible.

Y por último, ¿qué sigue en términos de impacto?

No fue casualidad que eligiéramos organizar nuestra conferencia en Madrid, dado que España asumirá la Presidencia de la UE el 1 de julio de 2023.

España cuenta con uno de los procedimientos de determinación de la apatridia más antiguos de Europa, así como con un sólido marco jurídico para prevenir la apatridia infantil. Hemos estado negociando con su gobierno durante los últimos 12 meses, y en vísperas de nuestra conferencia emitimos una declaración pública instando a España a aprovechas su Presidencia de la UE como una plataforma desde la cual impulsar la mejora de la legislación, la política y la práctica sobre la apatridia en todos los Estados miembros de la UE.

Durante la Presidencia existe una oportunidad unica para proteger mejor los derechos de las personas apátridas desplazadas a través de las negociaciones en curso sobre el Pacto de Migración y Asilo de la UE. Este es un objetivo clave de nuestra campaña #StatelessJourneys y, para ayudar a los implicados en el proceso, el mes pasado preparamos una sesión informativa sobre Apatridia y el Pacto de la UE sobre Migración y Asilo.

Por ello, durante la conferencia fue muy alentador escuchar a la Subsecretaria de Estado del Ministerio del Interior, Isabel Goicoeche Aranguren, describir el firme compromiso de España de dar prioridad a las personas apátridas durante su Presidencia, y su reconocimiento de que el Pacto no puede negociarse adecuadamente sin abordar las cuestiones de protección de las personas apátridas. Como siempre, nosotros y nuestros miembros estamos dispuestos a trabajar con España y con todos los  actores clave de la UE y nacionales para ayudar a que esto se haga realidad.

Pero sean cuales sean los resultados de estas negociaciones o de la Presidencia española, esperamos y creemos que la conferencia contribuirá fundamentalmente a replantear nuestra forma de trabajar juntos. Si unimos nuestros esfuerzos y colocamos a las personas apátridas en el centro de nuestras acciones, tendremos una oportunidad única de crear las coaliciones necesarias para lograr un cambio duradero que mejore la vida de las personas apátridas en toda Europa.